El profesor Sebastián Ríos presenta de forma breve y precisa lo que el MBE de la Universidad de Chile implica para el profesional de hoy.
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La aplicación de una visión orientada a procesos puede ser utilizada de múltiples formas, destacando en este caso la mejora realizada en el proceso de gestión de riesgo frente a sismos. Dada las características del país, posee un gran impacto social debido a las implicancias que genera en la toma de políticas que busquen prevenir catastrofes.
A lo largo de la historia, diversos terremotos de diferentes magnitudes han azotado a Chile, considerando como “terremoto” a los eventos sísmicos que superan la magnitud de 7,0 en la escala sismológica de Ritcher. Estos eventos ocasionaron tanto pérdidas directas relacionadas con el daño físico, expresado en víctimas, en daños en la infraestructura de servicios públicos, la industria, comercio y la alteración física del hábitat; así como en pérdidas indirectas relacionadas con los efectos sociales, efectos económicos, desmotivación en la inversión y generación de gastos en reconstrucción.
Actualmente, es la Oficina Nacional de Emergencia, la que se encarga de la planificación, coordinación y ejecución de las acciones destinadas a prevenir o solucionar los problemas derivados de sismos o catástrofes, a través del Sistema de Protección Civil, entendiendo a éste como la protección de las personas, sus bienes y al medio ambiente.
Entendiendo al riesgo como la relación directa entre la vulnerabilidad y la amenaza, han surgido diferentes metodologías para prevenir la ocurrencia de los daños que provoca un desastre, de manera fragmentada y no integral; sin considerar una serie de variables que probablemente ocasionaron toma de decisiones ineficientes. En este sentido, para la estimación del riesgo es necesario tener una visión multidisciplinaria que considere, no solo el daño físico esperado, económico o de víctimas; sino también factores sociales, e institucionales, relacionados con el desarrollo de las comunidades. Dentro de este ámbito, la incorporación de herramientas que ayuden al diagnóstico sobre el riesgo resulta primordial, para tener conocimiento explícito del nivel de vulnerabilidad al que se encuentra expuesto una comunidad; y para enfocar de manera eficiente la toma de decisiones y planificación.
El objetivo del proyecto propone la formalización y mejora del proceso de gestión del riesgo, a través de un instrumento de evaluación holística de la vulnerabilidad, que coadyuve al fortalecimiento de la Gestión de Protección Civil en la traducción de líneas de acción enfocadas a la reducción del riesgo. El análisis se centra en la vulnerabilidad, ya que al ser un proceso dinámico es posible mejorarlo con el tiempo, para lo cual se consideraron variables de fácil acceso y relevantes para su estimación. Estos factores son: Institucional, exposición, socioeconómico y físico, cada uno compuesto por diferentes variables, dando mayor ponderación a las variables que responden al grado de preparación de la institucionalidad desde la prevención, mitigación y respuesta.
De acuerdo a los resultados alcanzados, las comunas de Iquique y Alto Hospicio fueron las que presentaron menores índices de vulnerabilidad, mientras que, Colchane y Camiña presentaron un índice alto. Pero al combinar la variable amenaza dentro del análisis el índice de riesgo de Iquique y Alto Hospicio suben significativamente por presentar una alta amenaza sísmica en esa zona.
Proyecto realizado por Litzy Castro